Colonia Caroya celebra a su Patrono San Antonio de Padua
La comunidad católica de la ciudad de Colonia Caroya celebrará este jueves 13 de junio la fiesta patronal en honor a San Antonio de Padua.
La Parroquia sigue con la Novena hasta el día 12, con Rosario a las 19 y Misa a las 19:30 en el templo del Lote XV.
El jueves al mediodía se venderán empanadas y los Jóvenes Misioneros de la Parroquia ofrecerán locro a 4 mil pesos la porción.
La procesión a las 16 y la Celebración de la Eucaristía desde las 17.
Música después de la Misa.
Dentro de la Parroquia, a las 18:30, el público presente podrá disfrutar de tres espectáculos.
Uno será con un concierto de guitarras a cargo del Director de la Escuela de Música de Colonia Caroya, Claudio Quinteros.
También estará Faustina Martino.
Posteriormente, se presentará el Coro Gospel Kumbayá, con más de 15 años de trayectoria.
Su repertorio integra clásicos del Negro Spiritual y del Gospel, Jazz, Soul, Blues y Rock & Roll y se prepara en distintas áreas como la expresión, ritmo, coreografía y canto para ser fiel a las exigencias de estos géneros.
Asueto.
Con motivo de la fiesta patronal, la Municipalidad de Colonia Caroya decretó asueto administrativo.
La medida, firmada por la Intendente Paola Nanini, abarca a los establecimientos educativos de todos los niveles y entidades bancarias, además de la atención municipal, por lo que no hay clases, ni bancos y la Municipalidad sólo funcionará con servicios mínimos.
Devoción desde el Friuli.
La devoción de los caroyenses por San Antonio tiene su origen en la fe de los friulanos para con el sacerdote que tuvo su paso por el norte de Italia a los últimos años de su joven vida.
San Antonio nació en Portugal, pero adquirió el apellido por el que lo conoce el mundo, de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias.
Poseía todas las cualidades del predicador: ciencia, elocuencia, un gran poder de persuasión, un ardiente celo por el bien de las almas y una voz sonora y bien timbrada que llegaba muy lejos.
A donde quiera que fuera, la gente lo seguía en tropel para escucharle, y con eso había para que los criminales empedernidos, los indiferentes y los herejes, pidiesen confesión.
Desde antes de 1227 se detecta presencia de San Antonio de Padua en Gemona del Friuli, donde los Frailes Menores construyeron una capilla en honor de la Santísima Virgen María.
El Santo se detuvo allí durante unos meses, predicando y haciendo milagros, dejando a la población en una profunda convicción de su santidad.
Justamente en este pueblo friulano se levantó la primera iglesia en el mundo dedicada a San Antonio, consagrada en 1248.
Murió el 13 de junio de 1231 en Padua, con solo 35 años.
Existen numerosas anécdotas en torno a los milagros que los primeros inmigrantes narraban a sus familias y fueron transmitidas de generación en generación.
En Gemona está el Santuario a San Antonio, que fue destruido por el terremoto de 1976, pero reconstruido con líneas modernas de arquitectura aunque conservando, en el altar, las piedras originales donde está la imagen del Santo e incluso se construyó un Museo.