El documento de la Gremial Hospitalaria tras el paro de los trabajadores de la salud

Regionales 11 de noviembre de 2020 Por Ariel Roggio
Al concretarse la medida de fuerza, los representantes del gremio en el Hospital Vicente Agüero acusado de "genocida" a las autoridades provinciales por cómo están actuando en la pandemia. Reclaman un básico inicial de 50 mil pesos.
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La Gremial Hospitalaria emitió un documentos al concretarse ayer el paro de trabajadores de la salud en toda la provincia de Córdoba.

Sólo unidos por la lucha podremos cambiar el actual desastre sanitario 

Finalmente se colmó la paciencia. Hicimos reclamos, declaraciones, caravanas, recursos administrativos y hasta denuncias en la justicia, pero el Gobierno no tomó nota.

Sólo ahora que, finalmente arribamos al inicio de un plan de lucha, con este paro y movilización en todo el territorio provincial de todos los gremios de la salud unidos, el Gobernador se dignó a responder a través de sus voceros. Eso sí, con descalificaciones y afirmaciones de que esta era una acción incorrecta de un sector minoritario.

También nuestro director nos acusó de oportunistas por hacer un paro en medio de la pandemia. Obvio, ellos pretenden la “paz social” una paz que sin eufemismos hoy se aprecia en los crematorios y los cementerios. 

Es lamentable, son lamentables, pero bueno, la vida dirá quién puede más. Si la arrogancia de un gobierno o la convicción colectiva de que esto así no va más. Porque se trata de que triunfe la vida de la población y como parte de ella la de los equipos de salud, o triunfe la muerte.

Y no digan que no han tenido oportunidades de bregar por la salud, de afirmar un modelo serio de atención primaria, de salud familiar y comunitaria, de tener recursos en un provincia rica y no los harapos que quedan. Pero ese tiempo ya pasó.

A la pandemia no se la controla con retenes ni gendarmes en las calles, de la misma manera que a la pobreza no se la exorciza con vacunas, por que al fin y al cabo se tratará de los mismos pobres, pero vacunados, y esto no cambiará la situación. Seguro la empeorará.

Pero nosotros decimos que esto tiene que transformarse radicalmente y para ello nosotros tendremos que transformarnos radicalmente.

Como todos habrán leído, de acuerdo a una nota publicada este domingo por La Voz del Interior, sólo durante el mes de octubre se registró un exceso de 1.483 muertes y en las semanas pico este exceso trepó al 89%.

Preguntamos: ¿Acaso el Gobierno al escoger entre contener la pandemia y liberar los contagios no eligió la segunda alternativa a sabiendas de que eso terminaría con hospitales sobrepoblados de enfermos, tanto provenientes de los encuentros sociales como del propio personal de salud? ¿Y qué suponía el Gobierno sobre cuál sería la suerte de muchos enfermos, algunos lamentablemente muertos, como el querido Leo Quiroz, otros con secuelas físicas y/o psicológicas posiblemente permanentes? Todo ante la mirada cómplice de la Justicia que hasta la fecha, salvo para imputar a los propios trabajadores de la salud, no intervino en absoluto para determinar responsabilidades políticas en la materia.

Por eso no dudamos al decir que estamos ante una política criminal. Política que la historia de nuestro pueblo, por tratarse de una acción premeditada del Estado, no ha dudado ni dudará en llamar “genocida”. Si GENOCIDA. Le guste o no al COE, le guste o no Cardozo, le guste o no a Schiaretti, le guste o no a los legisladores y al Tribunal Superior. Cómplices de esta barbarie perpetrada por el Estado (ni terrorista ni de derecho, simplemente Estado).

Por eso, en primer lugar, esta importante jornada de protesta viene a rendir homenaje a las víctimas del Estado. Un Estado ciego, sordo y mudo ante los reclamos del pueblo, con infinidad de trabajadores con sueldos de hambre o directamente en la calle, pagando el costo no ya de una política sanitaria desastrosa, sino de una política económica funesta, que nos obliga a trabajar hasta la extenuación en dos, tres y más lugares para poder sobrevivir a la inflación, a los permanentes tarifazos, y cuando no, directamente tener que sufrir quitas salariales o desempleo. 

Hoy la Provincia de Córdoba aparece entre las más endeudadas del país, con el agravante de que la mayor parte de la deuda está nominada en dólares. Hablamos de una deuda fabulosa con un crecimiento de 1.209 a 2.624 millones de dólares entre 2015 y 2019, es decir, el 800% de crecimiento en cuatro años según el propio Ministerio de Finanzas.

Y esto explica la desesperación y el ajuste que vivimos. Prueba de ello, el robo a los jubilados perpetrado en plena cuarentena, provocando una jubilación miserable que ya le llegó a los más viejos y habrá de llegarnos a quienes sobrevivamos a la fatiga, la sobreexplotación y la pandemia. Eso si, una jubilación con prerrogativas para los lacayos, como José Pihen, gran responsable del desastre sanitario.

¿Eso elegimos cuando “decidimos ser médicos o enfermeros o kinesiólogos, bioquímicos, farmacéuticos, psicólogos, trabajadores sociales, nutricionistas, etc, etc, etc...”? No. Sólo un perverso puede pensar que esa es una elección de vida, porque lo cierto es que elegimos servir al pueblo, a los que más sufren, a los enfermos, pero nunca ser testigos silentes del saqueo, la destrucción y la muerte.

Obviamente, le resta al Gobierno explicar a dónde fue a parar la plata del endeudamiento, aunque nosotros podemos arriesgar algunas pistas: ¿Se la habrá tragado la corrupción? ¿Se la habrá tragado los negocios? ¿Se la habrá tragado la descomunal pauta publicitaria? Porque lo cierto es que no se usó para prevenir incendios, ni para mejorar el sueldo de los maestros, y mucho menos para evitar las enfermedades crónicas no transmisibles y superar está catástrofe que nos está azotando. 

Pero lo cierto, es que la desesperación echa luz sobre por qué se intenta reactivar la economía a costas del genocido, de por qué se habilita todo lo no esencial, de por qué se augura una temporada de verano a pleno, etc., a sabiendas de que esto traerá una segunda ola de contagios. Y esa luz se llama “quiebra del Estado provincial”. Una quiebra cuya responsabilidad es de una gestión que tras 21 años en el poder no puede escudarse en la cantinela de la llamada “herencia del pasado” para referirse a un gobierno distinto, anterior. 

Gobernador Schiaretti, Usted es contador y entiende de números. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo) ha señalado recientemente que si se evita un segundo brote de Covid-19 el producto bruto mundial sólo se desplomará un 6%, pero si un segundo brote no pudiese evitarse dicha caída superará el 7,6%. Entonces, sin poder concederle ignorancia en la materia, le decimos: Si no cambia su política, su soberbia y su desprecio por la salud, su empecinamiento en hacer mal las cosas sólo traerá peores consecuencias y sufrimientos para nuestro pueblo. No le quepan dudas. Y con ello, como lógica consecuencia, los residentes de los geriátricos, los enfermos crónicos con mayor riesgo de Covid grave, los trabajadores de la salud, etc., seguiremos siendo el pato de la boda. De su boda con los grupos más concentrados. Los mismos que amasaron fortunas durante sus años en el poder y explican la quiebra de la provincia.

Por eso, y no porque seamos un grupo advenedizo, manifestamos: 

No a la enfermedad y la muerte planificada por este Estado. Viva la lucha de los equipos de salud.

Exigimos: 

  • Inmediata recomposición salarial.
  • Salario totalmente en blanco.
  • Jubilación con el 82% móvil correspondiente al salario del trabador en actividad.
  • Eliminación de toda forma de trabajo precario, contratos basura, becas y fraude laboral.
  • Eliminación de la explotación de los residentes y estudiantes. Incremento genuino del personal de salud.
  • Equipos de protección aprobados por la ANMAT. Ambientes laborales según normas y estándares para la salud recomendadas por la Asociación de Arquitectura e Ingeniería Hospitalaria. Inspecciones a los ambientes de trabajo con fiscalización de las condiciones y medio ambiente del trabajo (CyMAT), para velar por el cumplimiento de las disposiciones legales con el objeto de proteger la vida y preservar y mantener la integridad psicofísica.
  • Establecimiento de la modalidad “espejo” en todas las instituciones, para reducir los riesgos de contagio.
  • Testeos sistemáticos de antígenos virales a todo el personal de salud.
  • Basta de persecuciones, malos tratos y sanciones al equipo de salud.
  • Paritarias libres con representantes legítimos y no una parodia ante el mamarracho de José Pihen.

Ariel Roggio

Periodista

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