A 110 años del período en que Jesús María gobernó a Caroya

Historias caroyenses 23 de septiembre de 2021 Por Ariel Roggio
En septiembre de 1911, la Colonia quedaba acéfala de autoridades. El gobierno provincial tomó la decisión de unificar los pueblos con argumentos que pretendían tener vigencia por siempre. Pero siete años después, los colonos lograron restituir su propia administración.
01- avenida vieja
Los primeros plátanos de la calle ancha fueron colocados mientras Céspedes gobernaba Caroya

Fuente: Libro “100 años de historia de Colonia Caroya” de Marta Nuñez.

En el mes de marzo de 1909, al ingresar en el Concejo Deliberante dos nuevos concejales opositores al Intendente Coseani y al estar en minoría los que lo apoyaban políticamente, renunció el jefe comunal y los concejales de su partido.

Ante los hechos apuntados, se produjo un estado de acefalía de las autoridades municipales que obligó a tomar cartas por parte del Gobierno Provincial.

El 3 de abril, el Gobernador Dr. Ortiz y Herrera, declaró en acefalía la Municipalidad y dos días más tarde designó una Comisión Administradora integrada por Enrique Casalotti, Antonio Pirusel, Sebastián De Giorgis, Leonardo Canciani y Juan B. Migotti.

El 13 del mismo mes, los miembros de la Comisión se dirigieron al Ministro de Gobierno, doctor Félix Garzón Maceda, comunicándole de algunos de los asuntos más urgentes, como la revisión de ordenanzas sancionadas que triplicaban los impuestos y generaban la resistencia para abonarlos.

“Desde el 1 de enero del corriente año en que rigen las ordenanzas citadas, puede afirmarse que ningún colono ha querido abonar los impuestos por excesivos, viéndose obligada la autoridad municipal a recurrir a la justicia, lo que ha dado por resultado que algunos hayan tenido que deshacerse de elementos indispensables de trabajo, de animales de servicio y hasta de vacas, para pagar impuestos”.

También se informaba que el año había sido fatal por las heladas, sequías y langostas, llevando a una situación que había defraudado las esperanzas de los colonos (que sumaban en ese entonces cuatro mil habitantes).

El 5 de mayo, por sugerencias de la Comisión Administradora, el Poder Ejecutivo rescindió el contrato entre la Municipalidad y los señores Modesto C. Torres y Andrés Fogliarini, un hecho que dio origen a que un grupo de colonos fundaran Colonia Vicente Agüero.

Al 16 de septiembre, Caroya vuelve a quedar acéfala por la renuncia de los integrantes de la comisión, y asumen Casalotti, Vicente Clerici, José Romanutti, Bernardo Rizzi y Emilio Canduzzi.

El 30 de Junio de 1910 se convocó al pueblo de Caroya a elecciones para agosto, a los fines de elegir Intendente Municipal y seis concejales, pero fueron postergadas dos veces por estar la provincia en “estado de sitio”.

En ese pésimo contexto económico y político, el 18 de septiembre de 1910 resultó electo el candidato José Romanutti, quien asumió ocho días después.

Los concejales electos fueron Bernardino Rizzi, Antonio Nóbile, Hermenegildo Della Vedova, Nicolás Canale, Luis Marcuzzi y Emilio Canduzzi.

El 20 de septiembre de 1911, el Intendente Romanutti, se dirigió por nota al Ministro de Gobierno, Doctor José del Viso, comunicándole que ese día finalizaban los mandatos de varios de los concejales, “que no habiendo la Cámara de Senadores designado los conjueces para las elecciones municipales, para el corriente año, no se había podido practicar las elecciones para su renovación".

Ante esta situación de hecho, quedaba la Municipalidad en estado de acefalía… otra vez.

Cansado de la situación, el Gobernador de la Provincia, Doctor Félix T. Garzón, el 21 de septiembre de 1911 decretó la incorporación del municipio de Colonia Caroya al de Jesús María.

El decreto decía:

Que la superficie de la Colonia Caroya se encuentra en su mayor parte comprendida dentro del perímetro asignado al municipio de Jesús Marta por decreto del 29 de febrero de 1884.

Que dada la circunstancia de la proximidad que existe entre las poblaciones de Jesús María y Colonia Caroya, el mantenimiento de dos municipalidades, no sólo duplica el costo de la administración comunal distrayendo recursos a que podría darse mejor aplicación en beneficio de ambas poblaciones, sino que también es susceptible de producir conflictos de jurisdicción que, por todo motivo, deben prevenirse.

Que por diversos motivos que son del dominio público, la Municipalidad de Caroya ha tenido una existencia casi por completo ineficaz y ninguna conveniencia existe en mantenerla en tales condiciones, ni reemplazarla por una Comisión de Fomento en razón de su acefalía.

Que será de verdadero beneficio para ambas poblaciones su reunión bajo una sola administración comunal para lo cual bastara modificar en muy pequeña parte el municipio de Jesús María, toda vez que el de Caroya nunca ha sido determinado.

Que en caso de reunirse ambas poblaciones en un solo distrito municipal, su población reunida excederá en mucho del número de cuatro mil habitantes, y correspondería a la nueva organización las condiciones establecidas en ley para las municipalidades urbanas.

Así fue que el padrón municipal de Caroya quedó incorporado al de Jesús María, para que ambos sirvieran de base a las elecciones próximas de la nueva Municipalidad, que se declaraba urbana.

El 3 de octubre, el ex Intendente Municipal de la Colonia, José Romanutti, y Leonardo Trettel, Secretario Comunal, procedieron a entregar todos los libros, documentos, muebles y enseres de Caroya al Presidente de la Comisión Administradora Municipal de Jesús María, Dr. Gabriel Céspedes, a quien lo acompañaba como Secretario Bernardo Dacharry.

Aquí debemos hacer la aclaración que el gobierno municipal de la entonces localidad de Jesús María, lo regía una Comisión Administradora Municipal, integrada por personas designadas por el Poder Ejecutivo Provincial, mientras que Caroya tenía autoridades" elegidas por el pueblo”.

Este hecho suscitó los más ácidos comentarios contra los hombres de gobierno.

Se consideró un atropello contra Colonia Caroya y sus habitantes.

Desde la Municipalidad de Jesús Marta, recién instalada, se gobernó Colonia Caroya por siete años.

En el año 1913 se subvencionó a la Banda de Música de Colonia Caroya, dirigida por el maestro José Serafini, con la suma de 100 pesos, con la obligación de actuar todos los domingos en la plaza de Jesús María, desde el 15 de diciembre de 1913 al 30 de marzo de 1914.

En otro de los artículos se determinaba que durante los días de Carnaval debía actuar en Jesús María en los desfiles de disfrazados y mascaritas.

En junio de 1914, el Concejo Deliberante de Jesús María modificó el Reglamento de Riego de los colonos.

Debido a los numerosos casos de hidrofobia registrados en la localidad se dispuso, con fecha 2 de agosto de 1914, una amplia campaña de erradicación de “perros vagos”, pidiéndose la colaboración de la Policía.

Dado que en al mes de septiembre de 1915 se plantaron los primeros plátanos en la Calle Ancha, desde el Lote N°15 hasta el paso a nivel del ferrocarril, se dieron disposiciones tendientes a erradicar los animales sueltos que deambulaban por las calles rompiendo las plantaciones. Se dispuso que todo animal “callejero” fuera conducido al Corralón Municipal.

Las autoridades municipales de Jesús María, mientras gobernaron la población de la Colonia, se preocuparon del problema del agua, siendo celosos custodios del vital elemento, más en forma abusiva se aplicaron fuertes multas a los colonos infractores de los Reglamentos de Agua, lo que levantaba nubes de protestas y comentarios irritantes.

A nivel provincial hubo cambios en autoridades y asumió el Dr. Julio Borda, a quien los vecinos de Caroya presionaron para “separar nuevamente” los dos municipios.

Con fecha del 23 de septiembre de 1918, el Gobernador aceptó el petitorio de los colonos y dejó sin efecto el Decreto del año 1911.

En esa nueva directiva provincial, dejaba acéfala a Jesús María.

La incorporación de Caroya a la vecina localidad durante siete años trajo aparejado un estancamiento en la vida de la población. Varias familias se alejaron de la Colonia y se paralizaron varias obras hechas durante las intendencias anteriores.  A ese panorama se sumaron sequías, pedreas y mangas de langostas.

La restitución de la administración del gobierno de Colonia Caroya fue una alegría para el pueblo, que lo celebró el 29 de septiembre con actos en todos los rincones.

En tanto, Jesús María organizó un acto de protesta por el decreto provincial.

Ariel Roggio

Periodista

Boletín de noticias