Una muerte con 25 años de impunidad

La muerte de Milagros Utrera, la joven que fue atropellada el sábado pasado por un conductor que se fugó, removió los sentimientos de varias familias que pasaron por la misma situación.

Uno de los casos más emblemáticos en Colonia Caroya ocurrió hace 25 años: el 20 de julio del 2000.

Eliana Luna (17) fue atropellada cuando iba en su bicicleta por Av. San Martín al 2600.

Agonizaba cuando fue encontrada por un remisero que pasó por el lugar algunos minutos después. A los dos días, la jovencita falleció por las heridas.

Nadie vio nada. No había testigos. En el lugar quedó un espejo retrovisor de un Fiat Duna. Pero la investigación fue livianita. 

Debieron pasar cuatro años y una situación muy particular para que la familia de Eliana supiera algo de verdad en el caso.

El conductor vivía a tres cuadras del lugar del accidente y ocultó el auto en su garaje durante mucho tiempo.

Pero una discusión de pareja, hizo que la mujer lo acusara denunciando en la Comisaría lo que ella sabía y que salió a la luz cuando decidió separarse del hombre.

 Su hermana, Evelyn, habló por primera vez del caso porque entendió que lo sucedido este fin de semana debe dejar un mensaje de reflexión en la comunidad.

"Alguien decidió manejar alcoholizado, chocó a mi hermana, la abandonó. Nosotros pensamos que si esta persona hubiese vuelto, la historia podría ser otra. Este hombre vive cerca, se escondió rápido y supimos cuatro años después quién era", nos dijo.

Y lamentó que en 25 años nunca pidió disculpas. "Eran otras épocas sin celulares ni redes sociales y por eso este hombre también se salvó de la condena social", haciendo la comparación con el caso del pasado fin de semana que llevó a la difusión del nombre del conductor que atropelló a Milagros apenas minutos después de haberse entregado.