Una joya arquitectónica con características únicas
La planta de la iglesia es de tipo basilical con influencia románica, de tres naves, inscriptas en un rectángulo del que sobresalen el ábside facetado del presbiterio y los cuatro altares laterales.
Desde el nártex al testero tiene una longitud de 46 m y el ancho de las tres naves es de 26 m.
La nave central tiene techo a dos aguas y las laterales a una sola agua, todas cubiertas de tejas coloniales.
En las naves laterales se encuentran ubicados los altares secundarios.
En línea paralela al Presbiterio y a continuación de las naves laterales, están las dos sacristías.
En el centro de los espacios entre columnas y en el inicio de la bóveda se ubican las ventanas que, por su posición en plano vertical, generan lunetos profundos entorno a ellas y entre los arcos fajones. Las diez ventanas, de buen tamaño, inundan de luz natural el recinto.
La imposta, profusamente decorada y de amplias proporciones, acentúa la perspectiva haciendo de buena base de toda la bóveda.
El Arquitecto Hugo Daniel Peschiutta resalta:
"El trabajo de pintura mural simulando mármoles ... mientras un riquísimo trabajo de capiteles y cornisas recorre todo el espacio, los cielorrasos simulan bóvedas de aristas, donde se encuentran pintados cielos azulados cubiertos de estrellas"
Otro aspecto a destacar lo constituye la pintura. El templo se encuentra totalmente enriquecido por un minucioso trabajo de pintura mural.
Las pinturas del presbiterio son obra del pintor Pío Camuzzo, las cuales se deben haber ejecutado antes de la inauguración del Presbiterio en el año 1891.
Los mediorrelieves y decoraciones de la bóveda son obra de Pedro Mauro, a quien en marzo de 1891 se le abonó por su trabajo la suma de ciento diez pesos.
Las pinturas murales de la nave principal son obra del pintor Carlos Camilloni, quien las proyectó con motivo de las Bodas de Oro de la Parroquia.
Este mural es único en nuestro país ya que se recuerda la llegada de los primeros colonos a Caroya y la construcción del Templo para los vecinos.
La ejecución del mural fue obra del pintor Ferdinando Ferraris.
El templo está retirado de la línea municipal de la avenida, permitiendo un amplio atrio a modo de plazoleta; el mismo, aún dentro de su austeridad ornamental, tiene una estética visual que rememora la de obras de la región del Friuli, como el Duomo de Santa María Assunta de Gemona o la Chiesa di San Gottardo en Mariano del Friuli.
Se ingresa al templo por un portal de doble hoja de madera con tableros facetados, dintel recto y friso superior en arco de medio punto.
En lo referente a los altares de la Parroquia de Nuestra Señora de Monserrat, debemos mencionar en primer término al Altar Mayor, tan antiguo como la Iglesia Parroquial.
Este altar de mampostería, con sagrario y nicho de madera, aún se conserva detrás del Altar Mayor nuevo adosado al ábside.
El nuevo Altar Mayor de mármol y ónix se debió a iniciativa del Padre Apolinar.
En ese altar se encontraba la Imagen de Nuestra Señora de Monserrat.
Con posterioridad fue corrido de su anterior emplazamiento hacia adelante de la nave principal, de acuerdo a lo dispuesto por las reformas del Concilio Vaticano.
Esta remodelación se hizo en época del Padre Emilio Merino.
En el primitivo emplazamiento del Altar Mayor se reubicó el camarín donde hoy se encuentra la imagen de Nuestra Señora de Monserrat.
El Altar del Sagrado Corazón, donado por la familia Loza en el año 1907, tiene la mesa y las gradas de ónix y mármol y el resto de mampostería.
Además de la imagen del Sagrado Corazón, se venera sobre él a una hermosa imagen del Niño Jesús.
El Altar de San Antonio se estaba construyendo en el año 1904. Fue el primer altar que se levantó merced a gestiones y colaboraciones de los vecinos.
El Altar de la Sagrada Familia estaba en construcción en 1905.
En el ex Altar de Santo Cristo, construida en mampostería, se veneraba la imagen de Cristo Crucificado. Actualmente en este altar se ha emplazado una imagen de la Inmaculada.
La Parroquia del Monserrat tiene como imagen venerada en el Altar Mayor a la Virgen que estuvo en el Colegio del Monserrat y que luego estuvo en la iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba.
El Padre Pedro Grenón fue el encargado de gestionar la donación para el nuevo templo caroyense.
Todo el exterior del templo conservó durante muchos años el material a la vista.
En el exterior de las naves laterales se puede observar el uso de piedra en el basamento y un refinado trabajo de ladrillo a la vista en la mampostería de elevación.
En 1961, la fachada fue modificada, introduciéndose revestimientos de revoque en la parte superior y revestimiento de piedra en las partes inferiores.
Al año siguiente se cambió la puerta de entrada y fueron talladas por el escultor florentino residente en Córdoba, Luis Ramacciotti, dos estatuas colocadas en las hornacinas del frente del templo.
Para noviembre de 1966 comenzaron los trabajos de construcción de la Casa Parroquial.
Notas relacionadas.
La historia de la construcción de la Iglesia del Lote XV.
El día de la inauguración: 31 de mayo de 1896.
Paredes con historias: el significado de los murales que se pintaron hace 75 años.
Empezando por Bonoris, los párrocos del primer medio siglo de la Iglesia.
Fuentes:
Libro de Oro de la Parroquia Ntra. Sra. Del Monserrat.
Libro “100 años de historia de Colonia Caroya” de Marta Nuñez.
Libro “Fare l´América” de Martha Canale.
Libro “Y ellos forjaron un pueblo”, de Efraín Bischoff.
Libro “Colonia Caroya. El espacio, realidad física y mundo simbólico”, de Hugo Peschiutta.
Libro “Gringos de la Colonia” de Marta Copetti.