Fuente: La Voz.

El sábado a la noche, al menos dos encapuchados, uno de ellos armado, lograron entrar a una estancia entre Los Molles y La Granja.

Mientras uno de los sujetos redujo a una mujer de 86 años, que estaba en el comedor, el otro fue hacia un taller de arte y amenazó a su hija, de 58. Fuera de sí, esta mujer se enfrentó al delincuente. Terminó golpeada.

En segundos, los intrusos redujeron a madre e hija de una violenta manera, mientras exigían todo el dinero que había en la residencia.

Amenazadas de muerte, las víctimas terminaron entregando 100 mil pesos y 300 dólares, entre otras pertenencias.

Con el botín en mano, los ladrones decidieron escapar y eso fue lo que hicieron por la entrada principal.

Desesperada, la hija de la jubilada tomó una pistola semiautomática 9 milímetros que estaba escondida en una mesa del living.

En circunstancias que están siendo investigadas, se enfrentó con uno de los delincuentes. No está claro si hubo disparos cruzados.

Lo que sí se sabe es que uno de los individuos terminó alcanzado por un balazo en la cabeza. Cayó muerto ya en la entrada a la casa.

El cómplice corrió y se perdió en medio de la oscuridad.

El hombre ultimado era Carlos Saúl Campos, quien tenía 29 años y residía en barrio Sierras y Parque, en la ciudad de Jesús María.

Tenía un amplio historial delictivo en el que sobresalen robos calificados varios, hurtos, lesiones agravadas, amenazas calificadas, violación de domicilio, entre otras cuestiones.

La última condena fue en marzo pasado. Era múltiple reincidente y llamativamente estaba libre.