La historia de los dos milagros de Brochero que se reencontraron este fin de semana

Regionales 06 de septiembre de 2021 Por Ariel Roggio
Beto Giordano, productor del programa Caballos y Placeres, juntó a Nicolás y Camila por primera vez después de la santificación del cura gaucho. La jovencita hoy conoció Colonia Caroya.
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Camila y su papá estuvieron hoy en Colonia Caroya

Fue un fin de semana de muchas emociones para las dos personas que permitieron santificar a José Gabriel "el Cura" Brochero y en esta historia, una de ellas pudo conocer Colonia Caroya.

Se trata de Nicolás Flores (21), domiciliado en la localidad de Nono, y Camila Brusotti (casi 16), de la ciudad de San Juan, los dos jóvenes que hoy están vivos gracias a milagros que la Iglesia Católica le atribuyó al "cura gaucho".

Ellos se conocieron en el Vaticano en octubre de 2016, cuando Brochero fue Santificado por el Papa Francisco. Solo estuvieron juntos 10 minutos, para las fotos, y nada más. Hasta ahora...

El productor televisivo del programa Caballos y Placeres de Canal 8 de Córdoba, Beto Giordano, unió a los dos milagros este fin de semana tras dos meses de gestión para que Javier, el papá de Camila, acepte venir a pasar el fin de semana a la provincia de Córdoba.

Fue la primera vez que los chicos estuvieron juntos y lo hicieron en Villa Cura Brochero, conociendo el Parque Temático donde vivieron momentos de mucha emoción.

La promesa de Giordano de hacerle conocer parte de la provincia a Javier y Camila incluyó un fugaz paso por Colonia Caroya este lunes a la tarde para conocer algunos lugares turísticos.

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Nicolás y Camila en el Vaticano. Octubre de 2016. 
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Esculturas de Camila, el Cura Brochero y Nicolás en el Parque Temático que recorrieron el sábado.

CAMILA BRUSOTTI.

El 25 de octubre de 2013, Camilla (en ese momento de 8 años) llegó al Centro Integral de la Mujer y el Niño (Cimyn) inconsciente y con traumatismo de cráneo. La nena entró en coma y los médicos dijeron corría riesgo su vida. Una tomografía axial arrojó un severo daño como consecuencia de un infarto masivo en su hemisferio derecho. Además, los doctores notaron que Camila tenía hematomas y heridas viejos, por lo que sospecharon que la nena era golpeada frecuentemente.

La mamá de la menor, Alejandra de los Ríos, aseguró que Camila se había caído de un caballo.

Después, la mujer dijo que su pareja, Pedro Oris, le había pegado y la tenía amenazada. Por su parte, el hombre aseguraba que la madre era la que la casi mató a la niña. Hoy ambos dos están detenidos.

La provincia comenzó una cadena de oración por su vida cuando el pronóstico más alentador era que quedaría en estado vegetativo. Sólo cabía esperar un milagro.

En medio de la desesperación, llegó a manos de Marina, la abuela materna de Camila, una imagen del Cura Brochero y un librito con la novena de su reciente beatificación.

Se lo acercó una amiga que sabía que el cura gaucho ya había hecho un milagro con un niño que el 28 de septiembre de 2000 sobrevivió a un grave accidente automovilístico (Nicolás Flores).

Luego de unas semanas de internación los médicos que la asistieron dijeron casi desconcertados que la niña había salvado su vida "por razones desconocidas". 

El 22 de diciembre de 2013, la niña fue dada de la clínica, se fue a vivir con su padre a quien le dieron la tenencia provisoria.

Ella tuvo que aprender de nuevo muchas cosas, como comer sola o hablar correctamente.

Los abuelos maternos tienen la custodia de la hermanastra de Camila, de nombre Milagros, que nació unos días antes que ella recupere el alta médica.

NICOLÁS FLORES. 

Septiembre del año 2000. Nico tenía apenas 11 meses cuando sufrió un accidente de tránsito que le dejó graves secuelas cerebrales y su caso enmudeció a la ciencia: ha recuperado el habla y el movimiento, dos facultades que dependen exclusivamente de la parte del cerebro que perdió. Su familia le atribuye el milagro al Cura Brochero.

La conmovedora historia se comenzó a escribir después del choque en el que murió su abuela.

Él quedó con hemiplejia en su lado derecho, sufrió tres paros cardíacos –uno de ellos de 15 minutos– antes de confirmarse un traumatismo cerebral irreversible. Ni los bomberos ni los médicos se explican cómo sobrevivió al golpe en su cabeza.

Su padre encomendó la vida de su hijo al cura gaucho. "Le hice respiración boca a boca y cuando sentía que se me iba, le pedí a Brochero que le salvara la vida", contó en su momento.

De allí en adelante, todo lo que sucedió no tiene explicación científica. El diagnostico en la guardia del hospital de niños Santísima Trinidad de Córdoba era lapidario. No respondía a ningún estímulo, ni siquiera lloraba. El pronóstico médico fue que tendría una vida vegetativa.

Pero ese bebé resurgió contra todos los pronósticos de la ciencia.

 

Ariel Roggio

Periodista

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